¿Por dónde empezar? ¡Mejor por el final, que así ya termina! El año más movido de nuestra historia (Y eso que el lema era #QuedateEnCasa). Hemos estado paralizados (Días de shock inevitables), nos hemos renovado, puesto de nuevo en marcha y sobretodo hemos interiorizado que «Las tormentas no duran para siempre».
También inevitablemente, hemos aprendido que hay situaciones que escapan a todo poder de acción que uno tenga previsto, pero que nunca escapan a un poder de RE-acción, es decir, la posibilidad de RE-hacer, RE-conducir y RE-adaptarse, así que ¡Gracias 2020! Aunque suene muy extraño decirlo…
Sabemos y somos conscientes de que muchas empresas y compañeros se han quedado por el camino (Y lo que queda de camino…) pero como se ha dicho en otras ocasiones ¿Ya tenían una situación controlada y enfocada en el futuro antes de todo esto? Puede que la respuesta sea negativa y simplemente el proceso se haya acelerado. También hay que tener en cuenta otros factores que han mantenido a unos a «flote» y a otros no, como por ejemplo: No haber estirado más el brazo que la manga en épocas «buenas» o como decía la abuela: «Guarda para cuándo no hay, ya que el que esta no fía y el que fía no está» (Por los créditos ICO y eso…)
Ahora toca seguir en la ola del cambio, abrazar de nuevo lo presencial (Que volverá amig@s) y seguir aprovechando lo que este «año sabático constipado» nos ha brindado para mejorar, si no, nada de esto habrá tenido sentido.
Y como siempre hay dos caras de la moneda, parte de bueno en lo malo y parte de malo en lo bueno ¿Verdad?
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