El «Marina d’Or» de los antiguos Romanos
No muchos esperarian este inicio para la ciudad Condal, aunque los origenes de la ciudad no están del todo claros y se sabe que por estos lares se instalaron Íberos, Griegos y Cartagineses. Los Romanos, con su imparable expansión, refundaron la ciudad a finales del siglo I a.C y la bautizaron con el nombre de Lulia Augusta Faventina Paterna Barcino, el emperador Augusto creaba e inventaba una ciudad como colonia para los veteranos de guerra de su ejercito, así se convirtió Barcelona en una urbanización para jubilados de guerra.
En uno de los rincones de la Sede Excursionista de Catalunya (CEC), en la calle Paraíso, 12 de Barcelona, existe una piedra de molino incrustada en la tierra. Este es el símbolo que recuerda el monte Táber, la cima dónde los Romanos comenzaron a construir la nueva Ciudad. Aunque la sorpresa aún es mayor al observar las cuatro columnas elevadas durante el imperio Romano que aún conservan dentro de la asociación. Son restos del templo Augusto, las únicas que quedan en pie de este majestuoso edificio que significó el inicio de la nueva Barcino.
Los Romanos estructuraron Barcino igual que habían hecho con todos sus otros asentamientos: Siguiendo una forma octogonal y una distribución cuadricular llena de viviendas y edificios.
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